El ego del actor
Aquel día se estremecieron ante las palabras del actor.
Ya tenía preparado su discurso dantesco, a sabiendas de presencia.
Hasta su majestad, la terrible, tembló desde sus privilegios.
No hizo falta la orden para que los cortados se llevaran al creído.
Solo ellos ignoraban la magnitud de sus estruendos.
Después de un tiempo, lo llevaron a su reina.
"Nadie puede alzar la voz frente a su majestad,
menos un anglosio adquirido como tú."
Nota: "anglosia" se le denomina a aquellas personas nacidas sin lengua.