A quien mucho tiene, más se le dará,
y a quien poco tiene, hasta eso se le quitará.
Así está escrito, y yo lo sé, porque lo vivo en carne propia.
¿Qué hago si siento una urgencia por amor tan intensa?
¿No he estado toda mi vida urgido por amor, sin ver asomo de recompensa?
No he conocido un solo amor sincero. ¿Cómo puedo tener más, y sentirme abundante de lo que más carezco?
¿Cómo puedo convencerme a mí mismo de que abunda aquello de lo que más anhelo?
¿Qué es el amor? ¿Qué es el cariño? ¿Qué es un abrazo?
¿Qué es el consuelo, el contacto, el vacío del alma?
Si cambio mi curva, cambiará mi tendencia,
mi amor llegará, después del engaño del alma.
¿Cómo puedo cambiar mi miedo de ser olvidado,
y sólo tenerme a mí mismo?
Como en el principio yo soy uno, y uno seré en el final.
¿No es eso cruel?
¿No son los hombres sujetos a querer amar y ser amados?
Siempre vi a mi amor irse con otros,
y nunca me vi amado, sólo por mí mismo,
cuando me di cuenta que yo soy el que yo soy.
No había visto solución ni consuelo a esa ausencia,
¿Cómo voy ahora a darle la vuelta,
sabiendo que entre más me sienta de una forma, más tendré de eso?
Para que sepas verdad, nosotros tenemos control de nosotros mismos.
Sólo Dios puede re construirme,
sólo Él puede devolverme la cordura,
e inclinar mi balance a lo bueno, a la paz y la tranquilidad.
Sólo Él puede recuperar mi corazón de las tinieblas,
y ponerlo de regreso a la luz.
Pero el poder de pedir es del YO.
Guíame a la abundancia de amor,
a la esperanza y a la paciencia que es necesaria para que alguien pueda amarte de vuelta.
¿Crees que tu causa es justa, cuando envidias el amor de otros,
la salud de otros, las riquezas de otros?
Si lo es, por eso entre más envidias, más careces de aquello.
Conoce la verdad: hay cosas por las que no se puede pelear,
pero sí puedes pedirle a Dios, que te ponga en el camino correcto.